Aceite de oliva y frutos secos aliados de la salud cardiovascular

Existen alimentos como el aceite de oliva y los frutos secos que, además de ser aliados de la salud cardiovascular, pueden revertir el proceso de arteriosclerosis. Por ello, si quieres tratar esta enfermedad o quieres prevenirla, no dejes de leer este artículo.

Son conocidas las propiedades del aceite de oliva y de los frutos secos contra ciertos factores de riesgo como la hipercolesterolemia y la hipertrigliceridemia. Pero sus beneficios se extienden aumentando las probabilidades, no sólo de mejorar la salud cardiovascular, sino de revertir el proceso de arterosclerosis.

De acuerdo con ciertos estudios científicos, el consumo de aceite de oliva virgen junto a frutos secos, reduciría el espesor de la capa interna de la arteria carótida.

Gracias a una investigación realizada por la Universidad de Navarra, se observó que personas mayores de 55 años que tenían un alto riesgo cardiovascular, revertieron su proceso aterosclerótico, gracias a que habían consumido durante un año aceite de oliva y frutos secos en forma diaria.

El consumo diario de aceite de oliva fue de aproximadamente una cucharada diaria, junto a 30 gr. de avellanas, nueces o almendras.

No es casual que la dieta mediterránea sea considerada una dieta cardiosaludable. Los alimentos que forman parte de esta dieta, contienen nutrientes, antioxidantes y fibra que favorece la reducción de colesterol malo o LDL, colesterol total y triglicéridos.

Todas estas grasas que se concentran en sangre, pueden ocasionar un bloqueo en la parte interna de las arterias y provocar enfermedades cardiovasculares severas, como por ejemplo accidente cerebro vascular o infarto.

Por otra parte, tanto el aceite de oliva como los frutos secos aportan ácidos omega 3 que aumentan el colesterol HDL o colesterol bueno que barre los ácidos grasos de las arterias y las derivan al hígado para su eliminación.

Si bien esta investigación no es reciente, resulta ser muy interesante ya que demuestra que, con tan sólo cambiando ciertos hábitos alimentarios es posible no sólo tratar la arteriosclerosis, sino prevenirla.

La dieta es fundamental para el tratamiento de la arteriosclerosis, pero es importante que no olvides que la actividad física moviliza el tejido graso y reduce otros factores de riesgo cardiovascular no mencionados con anterioridad, como por ejemplo la diabetes y el sobrepeso.