La dieta mediterránea no sólo es una dieta, sino que es un conjunto de conocimientos, prácticas y tradiciones relacionadas con la alimentación humana. Esta postula un aprender a comer diferente, basado en el consumo de frutas frescas, desecadas, secas, vegetales, cereales integrales, legumbres, vino tinto, pescado, aceite de oliva, lácteos e hierbas aromáticas.
Este cambio de conducta alimentaria trae muchos beneficios para la salud, ya que permite perder peso, reducir el colesterol malo o LDL, controlar la diabetes, reducir la tensión arterial, etc.
Reconocer a la dieta mediterránea como patrimonio de la cultura inmaterial de la humanidad, permite comprender más en profundidad que es un estilo de vida que conlleva una mejor calidad de vida.