Ictus cerebral provocado por depresión

Se conocen muchas causas que pueden provocar un ACV o un ictus. Conocerlas es muy importante porque se pueden cambiar ciertos hábitos que permitan hacer una prevención. En los últimos tiempos, se le ha dado mucha importancia a la relación entre la depresión y el ictus. Al parecer, la depresión puede ser una posible causa de un accidente cerebro vascular.

La depresión es un trastorno cuyos síntomas de tristeza y desgano, entre otros, se mantienen a lo largo del tiempo. Cuando esto ocurre, se producen una serie de desordenes metabólicos que provocan entre otros signos, un aumento de presión arterial.

En ocasiones esta tensión arterial alta se potencia por episodios de ansiedad (que se pueden producir dentro de la depresión). Cuando esto ocurre y no se encuentra debidamente controlado, puede ser causa de la aparición de un ictus. Si bien, es necesario tener una cierta predisposición genética, el trastorno ansioso depresivo, puede generar un ACV.

Se sabe que la depresión se manifiesta de diversas formas, a través de la falta de actividad física, exceso o déficit de alimentos, negación a la tomar la medicación, fumar, etc. Todos estos factores, aumentan aún más el riesgo de padecer un ictus.

Asimismo, se ha observado que aquellas personas que sufren de un ACV, tienen mayores probabilidades de padecer depresión. Por lo tanto, se establece una relación negativa entre ambas enfermedades.

La mejor forma de prevenir ambas afecciones es tomando ciertas medidas, como por ejemplo controlarse periódicamente con el médico, reducir el estrés, modificar pensamientos negativos, descansar adecuadamente, realizar actividad física y llevar adelante una dieta equilibrada que contengan todos los grupos de alimentos.

La prevención es la mejor forma de tener una mejor calidad de vida.