La hipercolesterolemia es una patología en sí misma, que puede desencadenar otras complicaciones, como por ejemplo la falta de oxígeno. ¿Pero, qué relación existen entre ambas enfermedades?
El cuerpo contiene alrededor de 5 litros de sangre, y es el corazón quien se encarga de impulsarla a través de todo el cuerpo humano. La sangre es la encargada de transportar nutrientes y oxígeno a las diferentes células de los órganos, incluso los pulmones.
Por otra parte, es importante que comprendas que la concentración alta de colesterol LDL o malo y colesterol total sostenido en el tiempo puede provocar que una arteria se tape a causa de una placa de ateroma.
Toda esta introducción sirve para relacionar ambas enfermedades.
Si tienes hipercolesterolemia, las placas de grasa pueden depositarse en la arteria pulmonar y venas pulmonares (únicas venas que transportan oxígeno) que llevan oxígeno a los pulmones, lo cual puede ocasionar una obstrucción a nivel pulmonar y provocar la sensación de falta de aire.
El EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) es una de las enfermedades pulmonares más comunes y que pueden estar relacionadas con ciertos factores de riesgo como por ejemplo colesterol alto, presión alta y sobrepeso, entre otras.
Por otra parte, las dislipemias pueden ser factores que desencadenen complicaciones cardiovasculares que pueden influir indirectamente en la respiración. Si el corazón trabaja forzado para bombear sangre, los pulmones y el cerebro, además de otros órganos pueden afectar su normal funcionamiento.
Como conclusión ten presente que el colesterol alto no provoca directamente la sensación de falta de aire, pero puede interferir en la circulación de la sangre, reduciendo el aporte de oxígeno a los pulmones.
Recuerda que, ante los primeros síntomas de falta de aire debes concurrir al médico, con estudios muy simples como una espirometría puede determinar si sufres o no de algún tipo de enfermedad pulmonar.
