Triglicéridos altos e hígado graso

El hígado graso es una de las patologías que más ha crecido en los últimos años. Si bien existen diversas causas, la mala alimentación y la concentración de triglicéridos altos son factores de riesgo muy importantes, pero que por suerte pueden evitarse. Por ello, es fundamental conocer cómo debe ser la dieta para bajar las grasas y recuperar el hígado.

Si bien existen dos tipos de hígado graso (enfermedad de hígado graso alcohólica y enfermedad de hígado graso no alcohólica), en este caso me referiré a la segunda; la enfermedad de hígado graso no alcohólica, también conocida por sus siglas en español como HGNA.

Esta enfermedad se asocia a una serie de desordenes hepáticos que se relacionan con el exceso de grasas en el hígado. Este exceso de lípidos en el hígado puede asociarse con una alta concentración de triglicéridos en sangre; que a su vez se relaciona con malos hábitos alimentarios.

Si te han diagnosticado hígado graso y tienes tus triglicéridos altos, es momento que comiences una dieta para tratar ambas patologías. Para ello, cuando realices tu dieta para tratar la hipertrigliceridemia, seguramente tu hígado comenzará a recobrar su correcta funcionalidad.

El hígado graso se produce por la acumulación de diferentes tipos de grasas en este órgano, siendo los triglicéridos los lípidos más importante. Por otra parte, el síndrome metabólico (en el cual la hipertrigliceridemia también influye) es también un factor de riesgo para que se desarrolle el hígado graso. Por ello, es fundamental el tratamiento para reducir la concentración plasmática de triglicéridos.

El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo y si no tomas acuse de la patología que lo afecta, pueden producirse complicaciones graves. Por ello, si tienes hígado graso, comienza por reducir otros factores que probablemente influyeron, como por ejemplo el sobrepeso, el colesterol y los triglicéridos altos.

Asimismo, si tienes tus triglicéridos bajo control también reducirás la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares.

La dieta y el ejercicio físico son dos pilares fundamentales para restablecer el normal funcionamiento del hígado. Recuerda que, los controles periódicos con tu médico son fundamentales para prevenir y evitar este tipo de enfermedades; por ello no dejes de acudir a tu consulta médica.