Las miras suelen estar puestas directamente sobre el aceite de coco, un producto que se suele emplear a menudo en repostería y también como sustituto de otras clases de grasas. Si bien tiene un porcentaje importante de grasas saturadas, también tiene otra importante cuota de ácidos grasos de calidad. Por otra parte, los estudios que se vienen realizando últimamente son auspiciosos con respecto a su efectividad a la hora de luchar contra el colesterol alto.
Por otra parte, el consumo de coco propiamente dicho (la pulpa de la fruta, leche de coco, agua de coco, etc.) no traería ninguna clase de problemas, ya que se consumen todas sus propiedades, no únicamente sus grasas. Allí aparecen toda clase de nutrientes buenos para el colesterol, como la fibra y sus vitaminas. Lo puedes consumir, además, en maneras muy diferentes.
En resumidas cuentas, el coco no sería perjudicial para el colesterol alto, tanto en formato de aceite como en otras presentaciones no tan grasas. Eso sí, es un alimento que suele aportar calorías y grasas, razón por lo cual nunca es conveniente abusar de él.