Al parecer el suministro de calcio, en forma de fosfato de calcio, junto con el probiótico Lactobacillus Paracasei; potenciaría la colonización de probióticos dentro del intestino, reduciendo los niveles de colesterol total y colesterol LDL o malo en sangre.
Son conocidas las propiedades de los probióticos sobre el metabolismo de los hidratos de carbono a nivel intestinal, pero al parecer al combinar su consumo con fosfato de calcio se produce una reducción en la absorción de las grasas de los alimentos. Si bien el calcio en forma independiente reduce levemente la hipercolesterolemia, cuando se consume en forma conjunta con los probióticos este efecto aumenta aún más.
A partir de las conclusiones obtenidas se puede establecer que la incorporación de probióticos a los alimentos ricos en calcio como los lácteos, permiten un mayor efecto contra la hipercolesterolemia.