Cuatro maneras de comer pollo contra el colesterol
Todos sabemos que los productos de origen animal no son lo indicado para las personas que padecen de colesterol alto. Pero algunas excepciones claramente existen. Las pechugas de pollo, sin piel ni ningún tipo de grasas, pueden resultar como una de las mejores opciones cárnicas para disfrutar sin tanta culpa. Y lo bueno es que existen muchas modalidades de cocinar las aves. Te presentamos tan sólo cuatro.
- En ensaladas: El pollo puede ser tranquilamente incorporado en ensaladas. Hervido, grillado, asado, a la plancha… En cualquiera de sus variedades puede sentar de maravillas. Con un buen colchón de hojas verdes, con tomates y cebollas o en esta genial ensalada oriental de pollo con chía. Las opciones son muy diversas en este campo.
- En sofritos o saltados: Las pechugas de pollo funcionan de maravillas en saltados. Como integrante de un chop suey, por ejemplo, o en algunas recetas un tanto más excéntricas y totalmente aptas para quienes padecen de colesterol alto. Este salteado de pollo con calabacines y maní es una buena opción.
- Como relleno: Como no podía ser de otra forma, el pollo funciona muy bien como relleno para diferentes platillos. Empanadillas, pasteles o este excelente budín de pollo pueden ser tan sólo algunas de las opciones para emplearlo de dicha manera.
- En filetes: No tienes por qué resignarte a comer el pollo siempre en los clásicos filetes a la plancha. Puedes optar por diferentes salsas y combinaciones y sin que por eso atenten contra tus niveles de colesterol. ¿Una recomendación? Estas exquisitas pechugas de pollo a la naranja.