En los últimos tiempos, la industria alimentaria demuestra más interés en investigar los alimentos, sus propiedades y cómo estos pueden ser “funcionales” a las necesidades de las personas, sobre todo aquellas que padecen determinadas patologías, como por ejemplo, hipercolesterolemia.
Debido a este interés creciente, se desarrollan cada día más estudios científicos que confirman la relación directa que existe entre los alimentos, la salud y la prevención de distintas enfermedades.
¿Qué son los alimentos funcionales?
Según el concepto científico “Un alimento funcional es aquel que contiene un componente, nutriente o no nutriente, con efecto selectivo sobre una o varias funciones del organismo, con un efecto añadido por encima de su valor nutricional y cuyos efectos positivos justifican que pueda reivindicarse su carácter funcional o incluso saludable”
En pocas palabras, se considera funcionales a aquellos alimentos que además de otorgar beneficios a la salud, posee sustancias, cuyo consumo diario, contribuyen a mantener sano el organismo y además, a mejorar el estado de bienestar general.
Estos alimentos funcionales, deben estar incorporados a una dieta que sea adecuada para quien padece una patología, en este caso hipercolesterolemia, además de ser completa y equilibrada.
Es importante acompañar a estos alimentos funcionales con una dieta sana y con ciertos hábitos tales como actividad física regular, no fumar, no tomar alcohol en exceso, etc.
Cada uno de estos eslabones componen un tratamiento integral, donde se trata de mantener un equilibrio del cuerpo y por qué no, de la mente.
En el caso específico de hipercolesterolemia, existen alimentos enriquecidos con fibra, fitoesteroles, ácidos omega 3, los cuales aportan sustancias propias beneficiosas para bajar los niveles de colesterol plasmático y así prevenir complicaciones cardiovasculares.
¿Cómo ayudan a bajar el colesterol?
Ejemplos de estos alimentos son aquellos que contienen:
Es importante recalcar que los alimentos funcionales no curan, pero si resultan beneficiosos para ser incluídos en un tratamiento global que incluya tratamiento médico, hábitos alimentarios correctos, actividad física diaria, etc.
